EL MOTOR DE LA TRANSICIÓN: ADOLFO SUÁREZ - Historia económica a las 9

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10/12/23

EL MOTOR DE LA TRANSICIÓN: ADOLFO SUÁREZ

Cuando falleció Franco en 1975, existía una preocupación por el regreso de los españoles a un pasado de conflicto y violencia. Cuarenta años después de la Guerra Civil, la aspiración primordial de los españoles era vivir en paz y libertad. 

En España todo empezó a cambiar. Carlos Arias Navarro dimitió como presidente del Gobierno, y el Rey (el actual Emérito) Juan Carlos I de Borbón, apostó por el joven Adolfo Suárez para ocupar el cargo. 

Tras haber desempeñado importantes puestos a lo largo de toda su carrera, se convirtió el 3 de julio de 1976 en presidente del Gobierno. Con 43 años, Suárez enfrentó la desafiante tarea de satisfacer la aspiración democrática de la ciudadanía y desmantelar la dictadura desde dentro de los límites de la ley.

Con la llegada al Gobierno de Adolfo Suárez y la aprobación de la Ley para la Reforma Política en 1976 (que marcó el inicio del fin del régimen franquista), se inició la Transición española hacia la democracia. Su objetivo era romper con la dictadura pero desde la propia legalidad franquista y con el visto bueno de la oposición. Así comenzó el período conocido como la Transición española. 
La ley constaba de cinco artículos, tres disposiciones transitorias y una disposición final, que incluían medidas como la separación de poderes, el reconocimiento de la soberanía nacional y la recuperación del sufragio universal para españoles mayores de edad. Sin embargo, se mantenían otras características heredadas del franquismo: el Rey mantenía mucho poder, como el de elegir al presidente de las Cortes y someter cualquier cuestión a referéndum aunque no fuese constitucional. Además, la ley dio origen a unas nuevas Cortes compuestas por dos cámaras, el Congreso de los Diputados y el Senado, ambas elegidas mediante voto provincial. 

Lo más relevante fue que, de acuerdo con su artículo tres, tanto el Congreso como el Gobierno tenían la facultad de iniciar la reforma constitucional, lo cual allanó el camino para un cambio más profundo a través de una nueva constitución. El 18 de noviembre de 1976, las Cortes franquistas aprobaron la ley con 425 votos de 531, logrando así llevar a cabo la Reforma Política.

Los pasos cruciales para la implementación de la democracia en España en 1977 fueron la abolición del Movimiento y de los sindicatos corporativos, así como la legalización de los partidos políticos. Durante sus once meses como presidente, antes de las primeras elecciones democráticas, Suárez tuvo que hacer frente a la oposición del búnker franquista, el terrorismo de ETA y los GRAPO, así como la violencia de grupos de extrema derecha. Para ello, apostó por el diálogo y el consenso, buscando legalizar partidos para garantizar elecciones verdaderamente libres.
Las primeras elecciones desde la Segunda República se llevaron a cabo el 15 de junio de 1977. En estas elecciones se constituyeron las Cortes que contemplaba la Ley para la Reforma Política, en las que el partido liderado por Suárez, la extinta Unión de Centro Democrático (UCD), obtuvo la mayoría con 165 diputados en el Congreso y el 34,4% de los votos.


Su objetivo era frenar la inflación y tratar los desequilibrios existentes. Por ello se instauran los famosos Pactos de la Moncloa: 


Adolfo Suárez (por el Gobierno), Leopoldo Calvo-Sotelo (por UCD), Felipe González (por el PSOE), Santiago Carrillo (por el PCE), Enrique Tierno Galván (por el Partido Socialista Popular), Josep Maria Triginer (por el PSC), Joan Reventós (por Convergencia Socialista de Cataluña), Juan Ajuriaguerra (por el PNV) y Miquel Roca (por Convergència i Unió). Menos Manuel Fraga (por Alianza Popular) que no suscribió el acuerdo político, pero sí el económico.


Estas medidas, permitieron a España iniciar el camino de la modernización, que la llevaría a integrarse más adelante en la Unión Europea. 


Tras la firma de los Pactos de la Moncloa, Adolfo Suárez intervino como mediador al impulsar de nuevo el consenso entre todas las fuerzas políticas del país para redactar la Constitución. Este documento fue finalmente aprobado en el Congreso y posteriormente sometido a referéndum el 6 de diciembre de 1978.

A pesar de sus logros, Adolfo Suárez enfrentó un desgaste político después de ganar las elecciones en 1979. Las tensiones internas en la UCD y las disputas entre líderes destruyeron poco a poco su autoridad en 1980. En el mismo año, una fuerte oposición parlamentaria liderada por el PSOE, presentó una moción de censura, la cual tuvo que afrontar. Más tarde, su renuncia en enero de 1981 evitó un golpe de Estado tres semanas después. A pesar de su salida de la UCD y de establecer el Centro Democrático Social (CDS) en 1982, acabó retirándose de la política en 1991.










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