La Navidad en España no solo marca el inicio de las fiestas navideñas, sino también la aparición de una antigua tradición social: la Lotería de Navidad. Este evento es uno de los más esperados y tradicionales en la sociedad española, donde millones de personas adquieren décimos con la ilusión de probar suerte en alguno de los múltiples sorteos organizados por el Estado.
La Lotería de Navidad española se distingue principalmente por tres características: su gran tamaño, la abundancia de premios, la agrupación de premios para personas que residen en la misma provincia, y su elevado nivel de participación. Particularmente, en vez de otorgar un gran premio a unas pocas personas, los principales premios de la Lotería de Navidad española se otorgan a varias personas que comparten el mismo número de boleto y que a menudo viven en la misma área geográfica.
Sin embargo su efecto va mucho más allá. El premio también tiene un impacto en la economía y el mercado laboral de las provincias donde toca. Cuando un premio cae en una provincia, el optimismo se comparte con las personas que viven en ella, lo que impulsa el consumo y mejora las condiciones macroeconómicas. Según un estudio publicado en el Journal of Monetary Economics y realizado por el Banco de España, se ha llevado a cabo una investigación para analizar el efecto específico de la Lotería de Navidad en las provincias donde ha sido premiada y cómo esto influye en sus decisiones de gasto. Esta investigación refleja que la Lotería de Navidad mejora el sentimiento económico en las provincias donde se reparten premios, lo que provoca un aumento del optimismo entre sus habitantes con respecto al futuro.
Tal como menciona Keynes (1936) en La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero (Capítulo 12):
"Una característica de la naturaleza humana es que una gran proporción de nuestras actividades positivas dependen del optimismo espontáneo en lugar de una expectativa matemática".
El incremento en el optimismo genera una mayor disposición para gastar dinero, disminuye el desempleo, aumenta el empleo y en lo que respecta a los índices de precios en la zona beneficiada, aumentan hasta alcanzar su punto máximo 17 meses después de la crisis y no recuperan su valor anterior hasta aproximadamente dos años. Además, se puede observar que las personas jóvenes, con menor nivel educativo, bajos ingresos y desempleadas reaccionan de manera más marcada al impacto de la lotería. A nivel regional, se relaciona con un incremento en la compra de automóviles, una reducción en el desempleo, un impulso en la creación de empleo, así como un aumento en los precios.
Estos sentimientos positivos son compartidos por muchas personas de la misma provincia, lo que resalta la importancia de la confianza del consumidor en la transmisión de estos impactos positivos. El estudio demuestra que los premios de lotería tienen un efecto significativo en el sentimiento de los consumidores, lo que conduce a efectos en la demanda que mejoran las condiciones macroeconómicas en las regiones ganadoras.
En definitiva, nos damos cuenta que el optimismo puede ser el mejor antídoto para reactivar la economía.
Qué curioso!
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